Salvar el Ártico es la batalla medioambiental más importante del momento, porque está en juego el futuro de uno de los pocos lugares donde aún existe un equilibrio natural y porque de lo que suceda en el Ártico determinará irremediablemente el futuro del planeta.
Educar a nuestros niños para que respeten su entorno es más fácil de lo que pensamos. Sólo hay que explicarles todo con conceptos sencillos y evidentemente, predicar con el ejemplo.
Pues que os parece si comenzamos con este
juego?
Primero necesitamos un recipiente grande (que nos quepa en el congelador) con agua y otro más pequeño y con algo pesado para que quede sumergido dentro del grande. Congelamos. Sacamos el recipiente pequeño y llenamos "la piscina" con agua tibia para que los niños puedan jugar a gusto con los animales árticos.
* Debemos tener cuidado con el recipiente ya que puede pesar mucho con el agua congelada.
En el Ártico viven aves marinas como el arao de Brünnich, el cormorán, la gavina y el eider real, que son especialmente vulnerables a los cambios y a los vertidos tóxicos como los de petróleo. La zona es también importante para muchas especies únicas de mamíferos marinos. Las ballenas de Groenlandia, los narvales y las morsas son visitantes de invierno del estrecho de Davis y de la bahía de Baffin. Las focas barbudas se congregan en la zona durante la temporada de invierno. Entre mayo y junio llegan a la zona ballenas minke, jorobadas, rorcuales y azules procedentes del sur, mientras que se avistan durante todo el año focas anilladas. Las crías de foca son seguramente los animales más vulnerables a los cambios y ataques a este vulnerable ecosistema, ya que cualquier modificación y alteración del pelaje natal que las aísla del frío significa la muerte para ellas.